Aunque normalmente aparecen más tarde en nuestra zona, este año 2022, a primeros de febrero ya hemos tenido el primer caso de un perro de urgencia por haber estado en contacto con las procesionarias del pino.
Como seguro sabéis las orugas conocidas como procesionarias del pino resultan un peligro para nuestras mascotas.
Si tu perro (o gato) lame o toca una de estas orugas con el morro, tendrá una reacción importante y suele ser motivo de urgencia veterinaria.
Síntomas de la picadura de la oruga procesionaria
Podemos sospechar que ha habido contacto con estas orugas si paseando por una zona con pinos nuestro animal empieza a manifestar síntomas de babeo, nerviosismo, rascado y sobre todo inflamación de la lengua y morro.
¿Qué hago si a mi perro le pica una procesionaria?
Si te ocurre esto hay que intentar reducir al máximo el contacto con la toxina.
Para minimizar el daño aparta a tu perro de la zona donde contactó con la procesionaria e intenta retirar los restos de oruga, pelillos o secreciones con las que se pueda haber puesto en contacto, pero sin frotar.
Cuanto más tiempo pasa desde el contacto con la oruga más crece la probabilidad de necrosis en la zona lesionada, por lo que actuar con rapidez suele ser el factor clave.
Antes de llevarlo al veterinario podemos lavar la zona con agua templada ya que puede ayudar a reducir el efecto de la toxina, porque la desnaturaliza y evita su actuación. Ten cuidado cuando hagas esto. Debes evitar frotar al realizar el lavado, ya que si partes los pelillos liberan más toxina y también es importante protegerte con guantes para evitar que entren en contacto con tu piel.
Prevención
A modo de prevención, en esta época, siempre que nos sea posible, habremos de evitar pasear por zonas boscosas en las que haya pinos, que son los árboles donde se hospeda esta oruga considerada una plaga en toda la península ibérica. Podéis ver los nidos blancos en las ramas de los pinos. Cada uno de estos nidos puede tener entre 100 y 300 orugas. Tras eclosionar las orugas descienden al suelo, donde posteriormente se entierran bajo el suelo para convertirse, en verano, en mariposas nocturnas, cerrando así su ciclo biológico. Es en ese periplo, antes de enterrarse en el suelo, cuando pueden ser peligrosas si los niños o nuestros perros entran en contacto con sus urticantes pelos.
Para prevenir este problema intenta no pasear por zonas de riesgo (pinares), si esto no es posible, llévalo con correa y si ves las procesionarias no dejes que las olfatee.