Como dar comprimidos o pastillas a tu gato
Todos los que tengáis gato y hayáis tenido que darle un comprimido o pastillas sabréis lo complicado, rozando a veces lo imposible, que puede llegar a ser. Si a la dificultad que nos supone esta tarea le sumamos la importancia de completar los tratamientos prescritos, la situación puede volverse ciertamente estresante.
Así es que esperamos que esta guía pueda ayudaros a medicar de una forma tranquila y con final feliz a vuestro gato.
Antes de nada debeis hablarlo con el veterinario que os ha prescrito el medicamento y ver las posibilidades que hay, ya que del mismo compuesto existen en el mercado marcas con mejor sabor que otras o incluso en jarabe en vez de comprimidos, siendo vosotros los que sabeis lo que os resulta más fácil de administrar.
Trucos para darle las pastillas
Camuflaje en la comida
En primer lugar, hay que comprobar que el medicamento que se le va a administrar es compatible con la comida. Normalmente se recomienda acompañar la medicación con alimentos, sin embargo no siempre es así. Preguntad a vuestro veterinario para que os aclare este punto.
Seguidamente procederemos a retirarle la comida durante unas 8 o 10 horas, de esta forma nos aseguraremos de que tenga hambre cuando vayamos a administrarle la pastilla. Algunas tabletas están hechas específicamente para gatos llamadas palatables, y podemos tratar de dárselas directamente. Sin embargo, incluso en este caso suele ser muy corriente que nuestro gato se niegue a tragarse su pastilla, por no estar familiarizado con la textura o el sabor.
Esconder la pastilla entera
Si la pastilla es pequeña, podemos esconderla en una pequeña porción de su comida favorita, como comida húmeda para gatos, queso fresco, pescado, jamón de york o mantequilla. Aseguraros de que el comprimido está completamente oculto y enterrado. Podemos ofrecerle la comida tanto en un recipiente normal de gato o de nuestra mano.
Aunque hayáis visto con vuestros propios ojos que vuestro gato se ha zampado la comida, aseguraros bien de que también ha tragado la pastilla y no la ha dejado después de comerse el resto. Algunos gatos son especialmente diestros en la búsqueda de pastillas escondidas en la comida. Se comen lo de alrededor y luego la escupen, apareciendo tiempo después los comprimidos en el lugar menos pensado de la casa.
A continuación, podemos darle al gato el resto de su comida de forma normal.
Triturar la pastilla
Otra opción, previa consulta con el veterinario, consiste en triturar la pastilla y mezclarla con los alimentos. Cuanto más sabroso e intenso sea el sabor de la comida, mejor camuflado estará el medicamento. Esta alternativa funciona muy bien cuando el comprimido es palatable. Podréis encontrar en el mercado trituradoras de pastillas que ayudan a aplastarlas perfectamente.
Uso de una toalla como contención
Si después de intentar todo lo anterior, nuestro gato mantiene estoicamente su resistencia a tragar el medicamento, probaremos el siguiente sistema paso por paso.
Para ello recomendamos la intervención de dos personas, una para dar la pastilla y otra para sostener al gato de forma suave pero firme.
Colocaremos a nuestro gato sobre una superficie estable y que no resbale, con la que nos sintamos cómodos tanto el gato como nosotros. Dejamos que el gato se siente derecho, de espaldas a nosotros.
Cogemos suavemente cada pata delantera por encima del codo con nuestras manos presionando suavemente contra los lados del gato, como os mostramos en la foto. Las patas delanteras se encuentran sujetas con cuidado entre los dos últimos dedos de cada mano. De esta forma mantenemos al gato en posición vertical evitando que salga corriendo y a la vez tenemos controladas sus patas delanteras y sus uñas. Sosteniendo las patas delanteras evitamos que el gato arañe a la persona que le suministra la píldora. Usaremos nuestro cuerpo y los brazos para mantener suavemente al gato quieto en un área pequeña.
Para gatos nerviosos
Para gatos muy nerviosos o cuando no disponemos de una segunda persona que nos pueda ayudar, podemos optar por envolver a nuestro gato en una toalla. La toalla será suave y de tamaño medio, si es demasiado grande, nos será complicado manejarla. Ponemos la toalla en el suelo o sobre una superficie plana, estable y cómoda. Seguidamente ponemos al gato en la parte central de la toalla de espaldas a nosotros.
Echamos por encima un lado de la toalla y luego el otro lado alrededor del cuello del gato, para que quede totalmente envuelto y no pueda sacar sus patas delanteras fuera de la toalla. Lo mantenemos firmemente pero con suavidad en la toalla, dejando solo su cabeza al descubierto.
Como introducir la pastilla
Bien, una vez que tenemos a nuestro gato “contenido” con una de las técnicas anteriores, procederemos a administrarle la pastilla. Una vez más, esto resulta mucho más fácil con dos personas, una sujetando al gato y otra dando la tableta.
Es importante tener todo listo antes de mantener sujeto al gato. Tratad de hacer los siguientes pasos rápidamente, pero con calma, para alterar al gato lo menos posible.
Colocamos una mano sobre la parte superior de su cabeza. Es recomendable que os acerquéis al gato desde un lado en vez de por arriba, ya que esto es menos amenazante para él. La cabeza debe ser sostenida, suave pero firmemente, entre el pulgar y el índice, extendiendo los dedos hacia abajo a cada lado de la mandíbula, en la esquina de la boca. Mantendremos esta zona con mucha firmeza pero sin lastimar al gato, tomando el control de su cabeza.
Sosteniendo la pastilla entre el pulgar y el índice de la otra mano, inclinamos su mandíbula suavemente hacia arriba con los dedos restantes. Una vez que la nariz del gato está apuntando hacia el techo, le será muy complicado mantener la boca cerrada.
Aguantando suavemente la cabeza hacia arriba, utilizamos el dedo medio de la mano que sujeta la pastilla para tirar de la mandíbula inferior hacia abajo y abrir su boca. Colocamos o dejamos caer rápidamente el comprimido tan atrás en la lengua del gato como podamos. El objetivo es la parte central de la lengua, cuanto más atrás dejemos la tableta más fácil será para el gato tragarla.
Mantenemos la mandíbula cerrada durante unos segundos y esperamos a que trague. Frotar suavemente el cuello debajo de la barbilla puede ayudar. Si el gato se lame los labios o la nariz, ya sabes que se la ha tragado.
Puede ocurrir que nuestro gato no se trague la pastilla en el en el primer intento. Siempre que no se convierta en una situación angustiosa, podremos intentar repetir el procedimiento. Recordad que es importante intentar poner la pastilla lo más atrás de la lengua que sea posible.
Ayudarse con agua

Algunas pastillas pueden causar daño al esófago del gato si se quedan allí por períodos prolongados de tiempo. Para asegurarnos de que la pastilla se mueve rápidamente hacia el estómago podemos meter una pequeña cantidad de agua en la boca del gato. Coloca una jeringuilla suavemente entre los dientes e introduce agua lentamente, dando tiempo al gato a tragar. También podemos pegar una pequeña porción de mantequilla en la nariz del gato para que se lama.
Tenéis que saber que para facilitar todo el proceso, hay introductores de píldoras disponibles en las clínicas veterinarias, que nos pueden ayudan a dar la pastilla y el agua a la vez.
Se trata de una especie de jeringa con un émbolo de plástico, que tiene una boquilla suave de goma donde se sujeta el comprimido. Al empujar el émbolo, la pastilla se suelta junto con una pequeña cantidad de agua, ayudando a que se la trague. Podemos usar un poco de mantequilla para lubricar la cápsula o comprimido y facilitar que la trague.
Es recomendable practicar un poco antes de usarlo con el gato.
Aquí podéis ver un video con algunas de estas técnicas:
Artículo adaptado y traducido de www.icatcare.org
La teoría es la anterior pero más cercano a la realidad es lo siguiente:
Cómo dar una pastilla a un gato con un poco de humor…
- Toma al gato con tu brazo izquierdo como si sostuvieras un bebé. Coloca los dedos índice y pulgar de tu mano izquierda aplicando una suave presión sobre las mejillas del minino, mientras sostienes la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroja la píldora dentro.
- Saca al gato de detrás del sofá y tira la píldora baboseada a la basura.
- Coge una nueva pastilla de la caja, acuna al gato en tu brazo izquierdo, manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con tu mano izquierda. Fuerza la apertura de la mandíbula y empuja la pastilla dentro de la boca del animal con tu dedo. Mantén la boca del gato cerrada y cuenta hasta 10.
- Saca la píldora de la pecera, y al gato de encima del armario. Llama a alguien para que te ayude.
- Arrodíllate en el suelo con el gato firmemente sujeto entre tus rodillas. Mantén sus patas traseras y delanteras quietas. Ignora los gruñidos del gato. Pídele a tu ayudante que sostenga la cabeza del gato con una mano, mientras le abre la boca con una regla de madera. Echa la pastilla dentro y frota vigorosamente la garganta del gato.
- Trae al gato de la lámpara de la cocina. Coge otra píldora de la caja. Recuerda comprar una nueva regla y encargar unas cortinas nuevas. Barre los trozos de figuras de porcelana.
- Envuelve al gato en una toalla grande y pide a tu vecino que lo mantenga estirado, sólo con la cabeza visible. Pon la pastilla en una pajita de refresco. Abre la boca del gato con un lápiz. Pon un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la tuya. Sopla!
- Lee el prospecto de la caja para asegurarte que la pastilla que te acabas de tragar no es dañina para seres humanos. Bebe un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplica apósitos en los brazos de tu vecino y limpia la sangre de la alfombra con agua fría y jabón.
- Trae al gato del tejado. Toma otra píldora. Pon al gato en el armario y cierra la puerta sobre su cuello, dejando sólo la cabeza fuera del mismo. Fuerza la apertura de la boca con una cuchara de postre. Arroja la pastilla dentro de la boca del gato con una goma elástica.
- Ve al garaje a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplícate compresas frías en la cara y revisa cuándo fue tu última dosis de antitetánica.
- Llama a los bomberos para bajar al gato del árbol que hay en la calle de enfrente. Discúlpate con tu vecino, que se acaba de estrellar tratando de escapar de tu gato furioso.
- Toma la última píldora de la caja. Ata las patas delanteras del gato junto con las traseras con una cuerda. Átalo firmemente a la pata de la mesa de la cocina. Busca guantes de trabajo pesado. Mantén la boca del gato abierta con una pequeña palanca. Pon la pastilla en la boca seguida de un trozo de carne. Mantén la cabeza vertical y vierte medio litro de agua a través de la garganta del gato, para que trague la píldora.
- Haz que un amigo te lleve a urgencias. Siéntate tranquil@ mientras el doctor te venda los dedos y la frente y te saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta a casa, para en la tienda de muebles para comprar una nueva mesa.
- Llama al veterinario para averiguar si tiene algún hámster para vender.