La controversia en torno a las dietas BARF (Biologically Appropriate Raw Food–>alimento crudo biológicamente adecuado) o a base de carne cruda es un tema que no pasa desapercibido al hablar sobre las necesidades nutricionales de nuestras mascotas.
La dieta BARF consiste principalmente en carne cruda, huesos y órganos crudos, y sus defensores argumentan que es una opción más natural y saludable en comparación con las dietas comerciales. Sin embargo, es importante tener en cuenta los posibles riesgos asociados con este tipo de alimentación para nuestros perros.
Dietas BARF: ¿Son seguras y equilibradas para tu perro?
Uno de los principales desafíos de las dietas caseras a base de alimentos crudos es lograr un equilibrio nutricional adecuado. Estas dietas a menudo se basan en una selección limitada de ingredientes y, sin la suplementación adecuada, es posible que no proporcionen todos los nutrientes necesarios. Estudios han revelado que la mayoría de las dietas caseras presentan desequilibrios dietéticos significativos, especialmente en nutrientes como el calcio, fósforo, vitaminas D, vitamina A, yodo, cobre y zinc, lo que puede tener un impacto negativo en la salud a largo plazo de nuestros perros, especialmente en aquellos que aún están en crecimiento.
Las dietas BARF: ¿Son realmente saludables?
A diferencia de los fabricantes de alimentos crudos comerciales para mascotas, que deben cumplir con regulaciones y garantizar una nutrición segura y equilibrada, preparar una dieta cruda casera correctamente puede resultar difícil y requiere experiencia y conocimiento. Por lo tanto, si tu cliente está considerando una dieta cruda casera, es importante cuestionar cómo planean proporcionar una dieta completa y equilibrada solo con carne cruda y huesos, y en caso de que no puedan hacerlo, sugerir la utilización de alimentos crudos preparados comercialmente que cumplan con los estándares nutricionales adecuados.

Contaminación bacteriana: ¿Qué precauciones tomar?
Otro aspecto a considerar es el riesgo de contaminación bacteriana. La carne cruda, los huesos y los órganos pueden contener bacterias dañinas como Salmonella y E. coli, que podrían afectar a perros enfermos o con sistemas inmunológicos debilitados. Además, estas bacterias pueden eliminarse por las vías respiratorias, genitales e intestinales al entorno del hogar, representando un riesgo para las personas que habitan en él, especialmente aquellas inmunodeprimidas y los niños, cuyos sistemas inmunológicos aún están en desarrollo. Al igual que con cualquier alimento crudo, es esencial tomar medidas de higiene adecuadas para evitar la propagación de bacterias, como limpiar y desinfectar todas las superficies y utensilios, evitar el contacto con la cara del perro y lavarse las manos después de interactuar con él.
Riesgo de atragantamiento: ¿Son seguros los huesos crudos?
Adicionalmente, existe un pequeño riesgo de atragantamiento y lesiones asociadas al consumo de huesos. Los huesos pueden atascarse en la cavidad oral, romperse y causar daños en el tracto digestivo, así como obstrucciones intestinales.
En resumen: ¿Son las dietas BARF la mejor opción?
En resumen, si bien las dietas BARF pueden tener defensores que argumenten sus beneficios, también existen riesgos significativos asociados con ellas. Las dietas caseras a base de alimentos crudos pueden ser difíciles de equilibrar nutricionalmente, presentar riesgos de contaminación bacteriana y representar peligros de atragantamiento y lesiones por huesos. Siempre es recomendable consultar con un veterinario para determinar la mejor opción dietética para cada perro y considerar alternativas comerciales que ofrezcan una nutrición segura y equilibrada para nuestras queridas mascotas.